El Diario
Una noche de estas, al salir a caminar refrescando
mi mente y al mismo tiempo reforzando mi salud, iba en silencio, cuando de
repente al reposar en una banca del parque central de mi ciudad, con las
piernas cruzadas y mi mirada perdida en la gente, a mí mismo me dije:
Hay tantas gentes en el mundo, hombres y
mujeres con distintas formas físicas, distintas miradas, distintas opiniones,
hay tantas gentes como diversidad en el planeta; historias de vida que poseen
cada una su razón y su lógica, emociones compartidas, energías genéticas ancestral,
tantas vidas incomparables unas de otras, todos con sus magias, sus tristezas,
sus risas; es tan real y palpable que por ello me detengo en la belleza humana;
su punto en común, es, que compartimos el mundo, compartimos cada quien
historias familiares, historias cultural, una idiosincrasia propia de cada país
y sus lugares internos.
Aun si, con tantas diferencias, podemos llegar
a un punto en acuerdo, a la sensibilidad y empatía por el otro, respetando sus
vidas y opiniones, dando esa mirada compasiva al ponernos en los zapatos del
otro. Porque al igual, todos somos hermanos, amigos, pareja, tíos, abuelos y
padres. Entonces vivamos desde la aceptación de esas hermosa diversidad humana,
dando lo mejor de cada uno y apoyando cuando alguien más lo necesite,
recordando que siempre la unión hace la fuerza y solo así todos podemos salir
adelante, porque no somos islas, somos el conjunto de ellas, haciendo más bello
nuestro paisaje.
LEONARDO GAMBOA.
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