En una comunidad de maravillosos osos, creció un pequeño panda y sus colores resaltaban su personalidad, cuya característica era común dentro de sus familiares. Al ir creciendo el pequeño osezno, fue aprendiendo más y más de sus parientes, habilidades comunitarias, el ayudarse unos a otros, el reconocer sus frutos favoritos para comer, hasta sentarse en sus lugares favoritos cuando estaban en tiempo de oseo, y lo mas importante aprendía a disfrutar de cada una de sus actividades. En determinado momento en su etapa evolutiva, sentía que estaba perdido, que no veía donde pararía su vida, pues su ego le decía que tenia que ser el mejor su manada; esforzándose y mientras lo hacía se preguntaba por ciertas inquietudes cotidianas de la vida misma, sobre todo de la suya en especial. Se preguntaba cosas como; ¿Por qué existe el dolor?, ¿Por qué la rabia?, ¿Por qué esos sentimientos negativos que hacen de las relaciones complicadas?, ese tipo de cosas que atrofian y frenan mente y corazó...